Te veo y ya no necesito más.
Te abrazo y solo puedo soñar.
Te beso y cierro los ojos al pensar,
Que de amarte yo si soy capaz.
¿Será verdad? ¿Será que existes?
Te siento tan cerca pero ¿estarás aquí?
¿Me buscaras mañana al amanecer?
¿Te sentiré al llegar al desaparecer el alba?
No temas al encontrarme ahí,
Besando los sueños que te inquietan,
Mientras guardo la esperanza de que sientas algo por mí.
No me moverán ni las más temibles miradas,
Si la tuya me sigue endulzando con querer.
Estoy segura de lo que quiero de los días,
Pero le exijo al corazón que guarde la calma,
Para callar los lamentos de mi divagante inconsciente.
Por primera vez tomo como propia a la paciencia
Mordiéndome los labios para segregar las dudas.
Llegaste a mi vida, como yo a la tuya
Sin imaginarme lo que traería consigo la lluvia.
Apaciguaste mis fieles llantos,
Con la pureza de tu presencia.
Y ahora por lo que me haces sentir
Y con todo lo que me haces sonreír,
Sé que no necesito nada,
Porque lo tengo todo… gracias a ti.
viernes, 28 de noviembre de 2008
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