Labios tibios de inalcanzables besos,
Coquetería persistente sin saber adónde dirigir mis brazos.
Ojos marcados con uno o dos fracasos,
y un torrente de lujuria que domina mis pasos.
Pesados pies perseguidos por sombras,
y frágiles dedos que se dirigen hacia la gloria.
Marcho directo hacia el infortunio,
volcando mi corazón en un segundo.
Temibles palabras emanan del alma,
gritándole al viento mil y un demandas.
Mostrando paciencia para encontrar a la larga,
el camino seguro, pero la distancia me amarga…
Muerdo mi lengua enjaulando tristes versos,
y mi mano toma el mando de mis recuerdos.
Doy vuelta entonces a las páginas del cuento,
concluyendo dormir lo que queda por dentro.
Empiezo levemente a respirar otros aromas,
y a ritmo estable torna mis angustias indoloras.
No mentiré al decir que un día olvidaré,
pero de algún modo toda ansia apaciguaré.
Seguirá sin importarme cuanto tiempo tardaré,
pues el camino ya lo comencé a recorrer.
El sol y la luna un solo ente serán,
y la lluvia mi almohada no manchara jamás,
hasta cuando aprenda entonces mis errores equilibrar
y continuar con mi vida, sin volver a mirar atrás. ..
sábado, 13 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Bastante bueno! de hecho bien diferente! me gusto mucho...La lluvia mi almohada no mojará más...Bendiciones...*"
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