miércoles, 6 de agosto de 2008

La noche se acerca



Doy vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño. Abro los ojos enfrentándome a la oscuridad que me atemora. Los destellos de luz frente a mi distorsionan mi realidad, como si esta fuera la única forma de lidiar con el no poder cambiar los errores del pasado. Eres tú. Te veo allí como la trampa que pone mi conciencia para jamás verte partir de mí. Te ves tan real… pero sé que solo tu sombra viene de visita en mis noches de tristeza. Me ves fijamente sin perderme de vista, y yo te sigo con mi silencio, esperando que no te me escapes esta noche. Me gusta recordar. Son estos recuerdos los gritos de la conciencia sin necesidad de abrir la boca y exponerme a lastimar a otros.
Por eso veo ahora como tantas veces tome tu mano para que sintieras mi corazón latir.
Este corazón que a todas horas me pregunta por ti, y yo regreso a el con los parpados caídos diciéndole que el amor se fue. Busco nuevamente algo más en la inmensidad de mi cuarto, y veo tus finos y delicados labios acercándose a mí. Mientras tus ojos se cierran, los míos se abren más grandes para no perder detalle de los malabares que nos disponemos a hacer. Que extraños recuerdos digo yo… extraños recuerdos de amor y ternura que nos pintaban el alma de color arco iris. Sensación de éxtasis insolente y malcriada que recorría conmigo los largos caminos de tus cabellos, bajaba por tus mejillas rosadas, olía detenidamente el perfume de tu piel, hasta llegar al infinito.
Aleja mi soledad el saber que llegaste. Estando aquí y ahora pierdo el miedo de no poder descansar, porque tu me regalas tranquilidad con tu presencia invisible.
Comprendo porque te veo aquí. Porque es donde tu y yo nos encontramos sin perder la concentración en algo mas. Me crea pánico pensar en dormirme cuando se que llegaras a cuidarme y poder, solo en ese momento, desatarme de todos los miedos que aparecen al despertar al nuevo día. No es un sueño, estas aquí, estas allá, estas en todas partes.
Ilusiones son estas, las que reviven todo recuerdo. No importan mis ojos cansados, solo con saber que cada noche tendremos un momento más. Es aquí cuando dejo de extrañarte… es aquí cuando te lleno de amor, guardando palabras y dejando que el corazón hable por si solo. Pero sintiendo que las horas son segundos, aparece el alba y con ella te pierdes para que nadie te vea salir de mí. Huyes así mientras luchas con tus pesados zapatos de hierro, y yo solo contemplo nuevamente como te desvaneces con mi tranquilidad. Me resguardo en la fría cama que ahora me adormece, y espero con ansias que regrese la noche para que vuelvas a dejarme sin suspiros.No me ignores en las tuyas , que llegare con mi silencio a sanarte las heridas. No seré más que un cuerpo invisible pero presenciable. Lo sabrás.Sentiras mi presencia.Lo sabrás cuando tu cuerpo sude el amor, te despiertes sin entender por que no puedes dormir, y te levantes en la mañana con una sonrisa pecadora al recordar mi nombre.

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