La puerta

Eres de madera, hierro o lamina
Estas hecha de sol , agua y tierra
Estas ahí , paciente, dejando entrar y salir
Te ignoran los cuerpos al pasar, pero tus les controlas sin que lo sepan.
Te veo pálida en mi cuarto, esperando que te note
Te toco para apenas reconocer tu fría presencia
Te cierras para que le demos la espalda al mundo entero
y me ayudas en las noches a llenarme de oscuridad y silencio.
No te temo porque no me hablas, ni tan siquiera me abandonas.
Te tengo ahí en el mismo cuarto donde comparto contigo mis sueños.
Te veo la espalda cuando me cuidas el tiempo,
Y pasas la noche, contemplándome los ojos, inmóvil y pensativa.
Revives conmigo al llegar el alba y te abres para dejarme libre
No tienes miedo que salga porque sabes que estaré de vuelta cuando regresen las estrellas.
Sigues los días de igual forma, blanca y teñida por mis lagrimas
pero te quedas conmigo para disfrutar de mis escasas carcajadas.
Te inmuta el eco de las voces aunque te quebrantan y así me proteges de ellas.
Juro velar por ti, para no dejar que el viento te maltrate con sus violentas ráfagas,
Mientras te cierras de golpe como una cachetada en pleno descuido…
“Nos vemos mas tarde” te digo yo, cuando te vuelvo a olvidar para regresar a la realidad
Y te tomo de tu mano, dorada y helada como un tempano de hielo, para echarte llave.
Limitas así, el lugar donde soy YO, donde encuentro paz,
El espacio sagrado donde no necesito nada más que tú y tú olvidada presencia…